“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”.

Aristóteles

jueves, 5 de agosto de 2010

La profesión académica en México: Un oficio en proceso de reconfiguración.

Este trabajo forma parte de la investigación internacional que estudia la reconfiguración de la profesión académica en más de 20 países. Explora las formas específicas en las que este proceso de transformación del oficio académico ha ocurrido en México. La reconfiguración de la profesión académica en México ha ocurrido en el contexto de políticas públicas hacia la educación superior y el personal académico. Se ubica este nuevo esfuerzo en la serie de trabajos de investigación que se han llevado a cabo en el país a lo largo de 20 años, y muestra evidencia de la reconfiguración de la profesión académica en cuatro dimensiones: género; edad de ingreso al trabajo; composición de la planta según grado académico; nivel de escolaridad de las familias de origen y las académicas que hoy conforman. A su vez, explora las variaciones ocurridas en por las nuevas políticas en distintos tipos de instituciones, dado que en todo el mundo la academia está conformada por pequeños y diversos submundos.
La profesión académica en México está expuesta al proceso de reconfiguración con implicaciones importantes, no sólo para ella, sino para la educación superior en su conjunto y, por lo tanto, tiene efectos para el país.
Salir de la crisis con otro diseño de lo que es (o debe ser) un académico y tener recursos para llevarlo a cabo permitirían dos cosas:
1. A juicio de los nuevos dirigentes de la educación pública en el país: identificar de entre las multitudes de profesores mal preparados a quienes sí fueran, parecieran o se esforzaran en ser académicos de verdad.
2. Iniciar la renovación de la planta académica sin los las trabas que la expansión sin regulación académica, entre 1960 y 1990, había generado. Se olvidó la capacidad, el entusiasmo y ahínco que existieron en amplios sectores de esos maestros, y no se les tomó en cuenta de una manera significativa en la determinación de las nuevas rutas a seguir.
Son esas las coordenadas en las que se inicia cierta reflexión general, además de la indagación científica moderna sobre los académicos mexicanos. La investigación del proceso arranca en el momento mismo de la transición del señor o señora profesora a la del o la académica que en nuestros días piden ser llamados por sus títulos, no por sus nombres.
Los trabajos pioneros en los 90’ pueden dividirse en dos grupos:
1. Los que ensayaban con buen tino en torno a las consecuencias que la expansión habría tenido en materia de contratación de académicos.
2. Y los que decidieron ir más allá de la generalización basada en casos particulares, y arribar a la comprensión teórica y construcción de evidencia empírica sobre la conformación de este nuevo actor de la vida universitaria, ya sea con el empleo de técnicas etnográficas o estadísticas.
En el 2006 se inicia la participación de México en el estudio internacional sobre la Reconfiguración de la Profesión Académica (RPAM), llamado en inglés The Changing Academic Profession (Brennan, 2006), el conocimiento sobre los académicos mexicanos avanzó mucho, sobre todo si se compara con el inicio de los años noventa.
A 15 años de las encuestas a los profesores se observo que la profesión académica ha cambiado, se ha reconfigurado.
Lo que hace más interesante al caso mexicano es que el oficio académico, cuando apenas se va configurando, empieza a percibir y recibir el impacto de los cambios derivados de nuevos contextos mundiales y sus efectos en la educación superior en el mundo.
Los planteamientos que se hacen en este trabajo se basan, fundamentalmente, en la comparación de resultados de dos encuestas nacionales hechas a académicos; la primera en 1992, y la segunda en 2007:
1. La Encuesta Internacional de la Profesión Académica (EIPA) 1992 se llevó a cabo bajo los auspicios de The Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching. Se muestrearon 20 instituciones de educación superior, en las que se distribuyeron 1,200 cuestionarios, de los cuales se recuperaron 1,027, para una tasa de respuesta efectiva de 85.6%. De los cuestionarios recuperados 59.3% (n = 609) fueron de académicos de tiempo completo (Gil Antón, 1996).
2. La Encuesta RPAM que forma parte del proyecto internacional The changing academic profession (CAP) (Brennan, 2006), se aplicó en el ciclo escolar 2007-2008 a una muestra nacional de académicos de tiempo completo y medio tiempo. En este caso la muestra se obtuvo mediante un procedimiento de dos etapas:
a) En el que primero se identificaron 101 instituciones de educación superior (IES) y, posteriormente, 2,826 académicos fueron seleccionados de las listas que de su personal académico proporcionaron 81 IES. Con la colaboración de los miembros de la Red de Investigadores sobre Académicos (RDISA) se lograron recuperar 1,973 cuestionarios debidamente contestados, para una tasa de respuesta efectiva de 69.8%. De los cuestionarios recuperados 1,775 (90.0%) fueron de tiempo completo (Galaz-Fontes et al., 2008).
Con base en estas dos encuestas nacionales se observa que el perfil y las actividades de los académicos mexicanos en los 15 años para los que tenemos información han cambiado de forma notable.
En resumen, no será lo mismo estar en condiciones de iniciar una carrera académica como en los tiempos de la expansión no regulada (1970 a 1990), sino que va creciendo, en el imaginario de lo posible y deseable para un sector de la población estudiantil, hacer del oficio académico una opción de vida. En un caso la oportunidad llegó al sujeto (“¿Quieres dar unas clases en cursos iniciales, a pesar de estar apenas al final de la licenciatura?”)– y ahora es el sujeto el que busca la oportunidad.
Por ejemplo, en 1980, había más plazas académicas que egresados; ahora, como las plazas son uno de los bienes más escasos en la universidad mexicana, por cada puesto de trabajo los aspirantes se multiplican.

CONCLUSION
¿Quiénes son los académicos mexicanos? Un mosaico; diversidad ordenable pero no de cualquier manera. Son sujetos y actores, sí, pero también espectadores y rehenes de fuerzas ajenas pero influyentes en su quehacer; socios, aliados o rebeldes ante lo que sucede. Una profesión en construcción que, mientras se construye, ha de generar condiciones para reconfigurar lo que aún no se había solidificado. Un reto para la investigación, un campo para el estudio de la conformación de actores sociales.

Artículo para la REDIE


Galaz Fontes, J. F. y Gil Antón, M. (2009). La profesión académica en México.

Un oficio en proceso de reconfiguración. Revista Electrónica de Investigación

Educativa, 11 (2). Vol. 2, No. 1, 2000 Consultado el día de mes de año en:

28 de Julio de 2010 http://redie.uabc.mx/vol2no1/contenido-rodgo.html


4 comentarios:

  1. Resulta favorable para unos y para otros no, pues exige preparación y renovación lo cual influye por una mejor educación para las nuevas generaciones, ya que los años y las condiciones de vida son diferentes y nos tenemos que ir adaptando.

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  2. tenemos que ir a actualizandonos para las nuevas generaciones que vienen con todo

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  3. Podemos ver como un gran reto el ejercer la carrera academica, mas para nosotros que es un gran reto, ya que tratar de colocarce en el sitema educativo nacional es casi un obstaculo imposible de superar. Ya que las plazas etan mas peliadas que nunca y imitadas a los que salen de una institucion publica.

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  4. estaria bien que se aplicara esto de reconfiguracion para darle un nuevo modo a todo y modernizarnos, pponernos al tanto de hasta donde hemos avanzado y tomarlo a beneficio nuestro

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